jueves

¿Interesa que no interese?

El propósito de este blog es compartir, no ya el conocimiento en sí, pues no se puede compartir lo que no se posee. Mi ánimo es acercar a los demás el placer del descubrimiento y esas cosquillas que sientes en los sesos cuando le llevas la contraria a tu propia intuición. 
No sé exactamente cómo he podido tardar tanto en sucumbir a estos placeres, pero ahora que estoy aquí mi sensibilidad no hace más que rebelarse contra la situación tan precaria que está sufriendo la Educación en general y la Ciencia en particular en España.
Es que parece que siempre llego a destiempo: ahora que empieza a interesarme la Ciencia, se la cargan. 

No se está difundiendo mucho la situación del CSIC que se encuentra al borde del colapso económico, según afirma su presidente Emilio Lora-Tamayo. El primer aviso para mí fue el tremendo recorte del Observatorio de Calar Alto, pero las personas dedicadas a la divulgación científica ya venían avisando hace tiempo de la situación. 

Ahora me dan ganas de ponerme a hacer comparativas con otras actividades, supuestamente "culturales" para las que sí que hay dinero, pero como dije arriba, el propósito de este espacio es compartir placeres  dentro de lo posible. Así que remito a quien lea esto a otros blogs y "opinódromos" donde personas mucho más cualificadas que yo y seguramente sin tanta mala leche, tratan de abrir los ojos a una sociedad que cree que sobrevivirá sin ciencia, pero con fútbol, toros y terracitas. Como ejemplo, en este enlace se puede leer uno de los últimos artículos de la sabia matemática Clara Grima

Un libro delicioso...
Gracias al libro de Sonia Fernández:
¡ahora entiendo este chiste!
Lo que ahora voy a compartir es una historia que acabo de leer en un libro que ya puedo recomendar sin haberlo terminado aún: Desayuno Con Partículas, de Sonia Fernández-Vidal. Un ameno libro de divulgación científica escrito justo para los que, como yo, estamos en parvulitos. Además es un aliciente el poder decirle a alguien que estás leyendo un libro sobre mecánica cuántica y ver la cara que pone. 

La siguiente historia me gustó, (aunque no acabo de ver la necesidad de experimentar con los animales). Cuenta Sonia un experimento con monos. Pusieron a 6 monos a convivir en una jaula en la que había una escalera alta y arriba del todo unos sabrosos plátanos. Cada vez que algún mono empezaba a subir la escalera, los que estaban en el suelo recibían duchas de agua helada. Con el tiempo los monos aprendieron que sólo sufrían las duchas si alguien subía la escalera, así que si algún incauto cedía a la tentación de los plátanos e iniciaba el ascenso, los demás le pegaban e impedían que subiera. Cuando pasó algún tiempo sin que nadie intentara subir, cambiaron a uno de los monos por otro de fuera de la jaula. El nuevo mono al ver la fruta en lo alto, intentó subir a por ella, pero los demás le bajaron "a ostias" de la escalera. Al final, a base de palizas, el nuevo habitante de la jaula también aprendió que la escalera no se tocaba. Entonces cambiaron a un segundo mono por otro de fuera. Se repitió el episodio del nuevo intentando subir a por los plátanos y los demás bajándolo violentamente. Lo curioso fue que esta vez el otro nuevo mono también participó en la paliza a su sucesor, aunque él jamás había recibido las temidas duchas. Los investigadores fueron cambiando uno a uno a todos los monos, hasta que no quedó ningún mono del grupo original. Lo interesante es que, cuando un mono nuevo llegaba a la jaula, todos le pegaban si intentaba subir a por la fruta, aunque ya no quedaba ningún animal que hubiera sufrido la "disuasión por ducha helada". 
De alguna manera siento que esta historia está relacionado con lo que está pasando últimamente en el país.

 Para no quedarnos solo en el lado oscuro, te invito a moverte cuando acabes este post. Hay una petición en marcha para que lo del CSIC no sea tan solo como el árbol que cae en medio del bosque. Fírmala, o difunde, o mejor aún,  las dos cosas. Gracias. 

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