viernes

Un viaje con escalas

Me dio mucha rabia enterarme de que "lo mío" tiene un nombre: soy anumérica, que es como ser algo analfabeta pero con la estúpida excusa de "ser de letras". 
La profesora Clara Grima y
su personaje Mati
Ya he hablado en otra entrada de la profesora Clara Grima y sus blogs, gracias a ella descubrí mi "patología". La primera vez que tuve el placer de escucharla, se presentó diciendo "Me llamo Clara Grima y como mi nombre indica, soy Matemática". Genial.
Yo me confieso culpable de haber desconectado en cuanto alguien me citaba cifras mayores de 1.000 o menores de 10 elevado a la menos-cualquier-cifra. Frecuentemente he sido inasequible a los datos con porcentajes. Nunca he tenido demasiado interés en el interés mismo, simple o compuesto, la contabilidad siempre me ha olido como a sobaquina. A pesar de todo, me resisto a asumir toda la responsabilidad por mi anumerismo. Pero sí que estoy decidida a asumir la responsabilidad de curarme en lo posible. (Este sería mi discurso de presentación en mi primera reunión de "Anuméricos Anónimos", y los demás anuméricos me aplaudirían y me dirían "te queremos, Maitecicleta", con lágrimas en los ojos.)
Así serían los pasteles en las reuniones de
Anuméricos Anónimos

Desde hace un tiempo me vengo notando más espabilada, no me cuesta tanto fijarme en los datos con cifras para que no me la den con queso y a veces hasta saco conclusiones "a partir de datos sencillos". Como ya no desconecto cuando oigo números, me doy cuenta de las burdas manipulaciones del lenguaje, como en un anuncio publicitario en el que se asegura que un cepillo de dientes elimina "hasta un 100% más de placa". Pero bueno, qué manera tan retorcida de decir que elimina el doble. Me indigna pensar que alguien intenta jugar con la voluntad de los consumidores con caries, queriendo mezclar en sus anuméricas mentes la idea del 100% añadido y la de la eliminación total de la placa. 
Y menos mal que están las personas "de ciencias" que se dedican a la divulgación, y todos los generosos seres que comparten sus conocimientos y sus hallazgos en podcasts, libros y blogs. Gracias a ellos ya no se oyen quedos sollozos y crujidos de dolor en el interior de mi cráneo cuando indago acerca de las astronómicas distancias. Lo mejor es que han conseguido que ya no me den miedo los enormes números, pero que todavía me sigan extasiando con su inconmensurable belleza. 
Uno de los trucos a los que recurren estas buenas gentes es el de reducir las escalas inmensas a ejemplos manejables. Por ejemplo: distancias y tamaños en nuestro Sistema Solar. De los que he leído y escuchado, este es el que más me ayuda a mí a representarme las cosas: "si el Sol fuera una naranja, la Tierra sería una cabeza de alfiler que gira a su alrededor a una distancia de 15 metros. Júpiter sería una cereza situada a 77 metros de la naranja. Plutón sería un granito de arena a 580 metros y la estrella más cercana, Próxima Centauri, sería otra naranja situada a unos 4.000 kilómetros". (Del libro Un viaje al cosmos, Antxón Alberdi y Silbia López de Lacalle, CSIC)
La Tierra es la tercera bolita desde la izquierda y
a su derecha está la Luna
(http://www.microsiervos.com/)
Con naranjas, cerezas y alfileres a mí me resulta más fácil y mucho más sobrecogedor. Y si reducimos aún más la escala e imaginamos nuestro Sistema Solar del tamaño de un grano de arroz, la Vía Láctea, nuestra galaxia, sería una extensión de 250 kilómetros lleno de más granos de arroz. Se pueden encontrar muchos ejemplos parecidos, así como muchas ilustraciones y animaciones de video de los tamaños relativos del Universo. En otra entrada de este blog puse el enlace a una herramienta para comparar los tamaños relativos desde lo más pequeño a lo más grande... que sepamos, claro. También Carl Sagan en uno de los capítulos de la serie Cosmos se paseó por un Sistema Solar a escala para intentar hacer más comprensibles las proporciones. 
En el programa El Radioscopio escuché una tonada con el título No seais concleictux que me pareció de lo más ilustrativa sobre el problema que me aqueja. Si pinchas aquí puedes escuchar esta y otras trovas igual de interesantes. Yo creí que el Trovador me la había escrito a mí cuando escuché la frase: "Si eres de los que cuando hay que dividir la cuenta sacan el móvil o dicen lo de "hazlo tú, que eres de ciencias", eres concleictux, donde concleictux es una palabra que me he inventado. Te puedes ir figurando su significado."
Forges, como siempre...

2 comentarios:

  1. Turno de preguntas (impertinentes): Si la tierra es el ojete de un alfiler, y yo soy 1.1391e-7 veces el tamaño del diametro de la tierra, ¿cómo puedes explicar que yo sea el centro del universo?.

    Muy interesante la ¿anumeriexia?. Las únicas cifras que a mi me preocupan son las que superan dos años y un día ;)

    Fdo. Jodidamente diminuto.

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  2. Querido Anónimo: No sabes cómo he disfrutado con tu agudo comentario.
    En cuanto a tu pregunta, en absoluto impertinente, se me ocurre que el hecho de que tú seas efectivamente el centro del Universo se explica con el famoso aforismo "el tamaño no importa".
    Gracias por contribuir al blog con tu ingenio. ;)
    Un abrazo.
    (PD: Estos listillos de matemáticos le llaman "anumerismo", porque ya sabes que "los de ciencias" si ven una equis en algún sitio la tienen que dejar sola a un lado del igual)

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