Maitecicleta se estrella (y II)

"¿Supernova? Juraría que lo que yo dije fue "cadáver"..."

Decía en el anterior post que para las estrellas se aplica aquello de "dime cuántas son tus masas solares y te diré cómo vas a morir". También valdría "vive deprisa, muere joven y deja una bonita supernova". 

Para las estrellas parecidas en masa a nuestro Sol, la evolución es más o menos la siguiente (que me lo han explicao, ojo, que no me lo invento): Después de pasar aproximadamente el 90% de su vida en la llamada secuencia principal, la estrella se va enfriando y entra en la fase de gigante roja. Gigante de diámetro, porque se hincha, pero su masa es menor. Por ejemplo, nuestro Sol crecerá hasta "comerse" la órbita de Marte. De la Tierra ya ni hablamos. En este estado permanece uno o dos milloncejos de años, un ratico. Al final de su vida el Sol, o las estrellas que se le parecen, expulsarán todas sus capas exteriores y solo quedará su núcleo, que será una enana blanca. 

Pero para las estrellas más masivas, o sea, las que tienen un montón de masas solares, los finales son más variados. Ya vimos que ellas "dilapidan" su combustible. Cuando este combustible se agota, la estrella no es capaz de soportar su propia masa y se contrae tan repentinamente (le llaman colapsar), que se produce una violentísima liberación de ingentes cantidades de energía. Aquí viene la parte de la "reproducción post-mortem", pues el repentino colapso de la estrella siembra el espacio de elementos pesados y las poderosas ondas de choque pueden ser el desencadenante del nacimiento de nuevas estrellas. 



Abajo a la izquierda se ve
la supernova 1994D
(Si oyes una especie de
"oooohhhh",
 son mis neuronas)
(NASA/ESA)
 

El brillo de la explosión de una supernova iguala al de una galaxia entera durante un período que puede durar semanas o meses. Luego se apaga y lo que queda, dependiendo de su masa original,  puede ser una estrella de neutrones (un objeto que condensa el equivalente a una masa solar, pero en un radio de solo 10 kilómetros) o si era una estrellota enorme de muchísimas masas solares, quizá forme un agujero negro.
 

Me decidí a escribir sobre este tema, que con mi atrevida ignorancia he resumido malamente hasta el absurdo, porque es otro de esos episodios astronómicos en los que las personas que se dedican a la Astrofísica me tienen rendida a sus pies. Cómo se las apañan para observar los "criaderos de estrellas" es un ejemplo de ingenio y tesón, ya que tienen que combinar técnicas de observación en rayos X y radio (o sea, en otras zonas del espectro) para procurar penetrar las densas capas de gas y polvo estelar. La cantidad de cosas que saben aprender con solo observar o imaginar que observan una explosión de supernova es para aplaudirles. Por ejemplo, en 1624 Kepler observó la que hasta hoy es la última supernova vista en la Vía Láctea. Pues mi querido Galileo usó esta supernova como un potente argumento en contra del universo aristotélico inmutable.

También me parecen admirables las estrategias pedagógicas del mundo de la divulgación científica, esas analogías tan bien traídas que me hacen creer que comprendo los misterios estelares. Una de ellas es la analogía del ser que solo tiene un día para estudiar nuestra evolución, con la que comienza el anterior post. Otra es la analogía del patinador, que suelen usar para explicar una cosa llamada "momento angular". Pero como me ha gustado esto de terminar capítulos usando "cliffhangers", me reservaré el "momento" para otra de mis alucinadas soflamas.

Mi bici, hablando con una R
¿Será una pista sobre
el momento angular?