viernes

Ese lunar que tienes, cielito lindo...

El 16 de julio de 1969 la misión Apollo XI llegaba a la Luna. Desde entonces ha habido tanto que leer, escuchar, hablar, investigar sobre este hecho, que yo no pretendo ir más allá en este, mi humilde blog. Pero hay un par de cosas relacionadas con ese famoso momentazo de la humanidad que me han movido a la reflexión últimamente.
La primera de estas cosas es la sonda rusa Luna 15. Yo no tenía ni idea de su existencia. La verdad es que desde que la conspiranoia entró a formar parte de la carrera espacial, la cosa perdió bastante interés para mí, un espíritu simplón que huye de polémicas. Es muy curioso cómo en este tema todo el mundo parece estar en la posesión de la verdad, como si todos fueran expertos en asuntos aeroespaciales. El periodista y escéptico Luis Alfonso Gámez dedicó un programa entero a este asunto, en su espacio Escépticos de EiTB dedicado al pensamiento crítico. Te recomiendo que lo veas si tienes un rato.

Wallace y Gromit sí que fueron a la Luna,
porque les encanta el queso.
Pero yo quería hablar de Luna 15 y como de costumbre me desvío por los recovecos. Escuché esta historia por casualidad y quien lo contaba lo hizo como de pasada, dando por hecho que era algo sobradamente conocido y sin darle importancia; así que tuve que recurrir a mis contactos para buscar información. Bueno, vale: que lo busqué en el Google (era por darle más empaque detectivesco a la cosa.)

Al parecer, en la carrera espacial entre la antigua Unión Soviética y los Estados Unidos, los rusos no iban tan a la zaga como la occidentalizada historia nos enseña y tres días antes de que llegaran los del Apollo XI enviaron una sonda no tripulada a la Luna, la llamada Luna 15. Según esta anécdota, que yo no había oído hasta hace muy poco, la sonda soviética estaba orbitando la Luna cuando llegaron los estadounidenses y Collins, el que se quedó en el módulo de mando Columbia esperando a sus compañeros, se llevó un buen susto cuando vio que la órbita que él debía ocupar ya estaba cogida. Más tarde, los sismógrafos del Eagle registraron actividad y los astronautas se preguntaron "What the fuck...?" Y era la sonda Luna 15 que se había estrellado porque era muy cutre y no la supieron hacer aterrizar. Esa es la historia.

Algunos nos quieren hacer creer que este
era el aspecto de la sonda soviética.
Contado así, yo le veo bastantes agujeros al relato, y si ves un video-fake que circula por ahí con la sonda estrellándose, te da la risa. No sé si será verdad: unos dicen que la historia se la inventaron los estadounidenses para desprestigiar aún más el fallido esfuerzo soviético (aunque no hay que olvidar que el primer cosmonauta en realizar una EVA -actividad extra-vehicular en inglés- fue el soviético Alexei Leonov en 1965) y otros opinan que la inventaron para encubrir el hecho de que los astronautas vieron naves extraterrestres en la Luna y por eso dijeron lo de "What the fuck is that?" (traducido: ¿pero qué recórcholis es eso, vivediós?). 
Yo ni quito ni pongo aliens y como tengo el ruso muy oxidado de nacimiento, no me veo capaz de contrastar la veracidad de esta historieta. No me movió esa intención al escribir esto, solo quería compartirlo, porque como ya he dicho, había oído muchas historias sobre aquel viaje, pero nunca esta y a lo mejor hay más gente que tampoco la conocía.

Decía al principio de esta entrada que había un par de cosas que me habían hecho reflexionar en estos días sobre el viaje a la Luna. La segunda es que, cuando el Eagle se separó del Columbia, el astronauta Michael Collins, con ese nombre de revolucionario, se quedó ahí él solito (que también, menudo papelón, llegar hasta ahí y no bajar), en su órbita, compartida o no con los rusos, los ojos de todo el mundo pendientes sobre todo de los astronautas del Eagle. Y hubo un momento en el que se quedó detrás de la Luna, en esa cara oculta que nuestra compañera de viaje jamás nos muestra. En esa posición perdía la comunicación con Houston y con sus compañeros. Se me ocurrió pensar que nunca hasta ese momento un ser humano había estado tan lejos y tan aislado del resto de la humanidad. No creo que pueda volver a sentirme sola nunca más.
Si te fijas en la esquina superior izquierda de la imagen,
verás que vivo en una ciudad donde...

... todo me señala al Universo.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario